Unidos por la dignidad: la importancia de la Mesa de Voluntariado y el respaldo institucional

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Por Carlos Francisco Reyes Reyes, representante de la Mesa de Voluntariado en Ruta Calle y presidente de la agrupación social Apapachos

Este domingo nos dejó Belarmino. Para muchos, puede ser solo un nombre más. Para nosotros, quienes compartimos noches frías, conversaciones improvisadas y silencios elocuentes en la calle, su partida nos toca el corazón.

Pero esta vez, su muerte no fue en soledad, no fue bajo una frazada húmeda ni en una esquina cualquiera. Belarmino falleció en el hospital, acompañado, limpio, abrigado y con cuidados dignos. Eso, para quienes trabajamos día a día con personas en situación de calle, lo cambia todo.

Su partida nos recuerda por qué existe y por qué es tan importante la Mesa de Trabajo de Voluntariado en Ruta Calle que tengo el honor de representar. Esta mesa no es solo una instancia de coordinación: es una red viva, tejida con compromiso, amor, constancia y profesionalismo. Agrupa a agrupaciones voluntarias, fundaciones, profesionales y personas que se niegan a mirar hacia otro lado frente a la desigualdad.

Pero esta labor no sería posible sin el apoyo activo y decidido de la Municipalidad de Temuco, encabezada por su alcalde Roberto Neira, quien ha demostrado un compromiso real con las causas sociales. El respaldo municipal ha sido clave para articular acciones concretas, crear puentes institucionales y responder con humanidad.

A este esfuerzo se suma la colaboración permanente de la Seremi de Desarrollo Social y Familia, que ha sido fundamental en la articulación de políticas públicas y acciones urgentes que permiten dar respuestas reales a quienes viven en la vulnerabilidad extrema de la calle.

Asimismo, las fundaciones y organizaciones sociales que se han sumado a este trabajo colaborativo han aportado no solo su experiencia y recursos, sino también una visión integral y solidaria que fortalece cada acción que llevamos adelante.

La muerte de Belarmino, aunque triste, es también un testimonio del valor de lo que estamos construyendo. Gracias a esta articulación, logramos que llegara al hospital. Que no muriera en el olvido. Que partiera con dignidad.

Nuestra labor sigue. Porque mientras haya una persona viviendo en la calle, la tarea no está cumplida. Pero saber que no estamos solos, que hay autoridades, instituciones y voluntarios remando hacia la misma orilla, nos da esperanza. Y nos recuerda que, cuando nos unimos por amor y por justicia, los resultados pueden ser verdaderamente transformadores.

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