Pasamos por una de las crisis sanitarias y económicas más grandes de los últimos tiempos; sufriendo incertidumbre, miedo y ansiedad por lo que vendrá. Sin embargo, hay algo que no podemos negar y es que esto pasará en algún momento y debemos seguir adelante. Y si bien todos coincidimos en que debemos seguir produciendo, la pregunta es ¿cómo?. Por esto, el concepto de Economía Circular (EC) se alza con mucha fuerza en las economías desarrolladas y algunas emergentes.
Uno de los principales aspectos de la EC es enfocarse en que el residuo se convierte en recurso, de esta manera todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no es biodegradable se reutiliza. Y si bien este término relativamente nuevo en Chile, es el sucesor de otros ya usados como producción limpia y sustentabilidad, pero en este ocasión se pone al servicio de la industria, de la mano de la reciente Ley de Responsabilidad Extendida del Productor o REP.
Esto bien lo sabe CORFO, que ya ha financiado más de una treintena de proyectos en esta línea que se enfocan en los productos prioritarios de la Ley REP, que obliga a recolectar los neumáticos, envases y embalajes, y artículos electrónicos, y otros considerados con un gran potencial de negocio, una vez que termina su ciclo.
Si damos un vistazo a cómo los países desarrollados abordarán la nueva normalidad post-pandemia, veremos que muchos que dependen de la industria del turismo, endurecerán sus políticas de seguridad sanitaria alimentaria para el consumo, dando al producto resguardos extras de embalaje, todo en línea con minimizar los contagios por manipulación, por lo que si bien nos haría retroceder bastante en la lucha contra los residuos de un uso, abriría una ventana importante para miles de potenciales recicladores y recolectores que pueden entrar en el negocio de la EC, haciéndose cargo de los residuos, generando valor monetario, a la vez de aportar a la sociedad y al medioambiente. Se genera entonces la gran oportunidad para la industria de saltar de la desgastada economía lineal a la EC.
Sin embargo, aún cuando todo parece muy fácil, no hay que olvidar que la EC –que tiene mucho de innovación– no es considerado por quienes tienen la tarea de reactivar la economía y hacer la bajada de los instrumentos y beneficios de implementarla, sólo nos quedaremos en el primer impulso, y ésta terminará siendo parte de una lista de políticas que no resultaron.
En esta línea es importante desde el principio incentivar y orientar a las empresas, gremios productivos y emprendedores a leer e investigar, además de aliarse con otros actores del mercado, como universidades y centros de investigación además de quienes trabajan día a día con los residuos (municipios) generando redes de colaboración.
Así, la idea es que todos quienes decidan dedicarse a la EC tengan una oportunidad de integrarse de manera estratégica y para un fin común. En términos simples, es necesario generar un entramado lo suficientemente cohesionado de economistas circulares de residuos que se sustente en el tiempo y ponga en valor la palabra “residuo” en la cultura chilena.