“Mi hijo se está aferrando a la vida”, dice emocionado Miguel Angel Soto, a través del teléfono desde un departamento en Santiago. Está optimista y cómo no estarlo, si su hijo Christian Riveros Henríquez (de 38 años) despertó hace unos días y ha sobrevivido a las seis operaciones a las que ha sido sometido.
El 9 octubre Christian salió desde su casa en Lautaro para trasladarse hasta Angol, donde debía someterse a un control médico, pero nunca llegó a su destino. Un accidente múltiple que cobró la vida de dos personas en el kilómetro 607 de la Ruta 5 Sur, lo dejó con el 90% de su cuerpo quemado.
RESCATE
Hoy, este padre de familia permanece internado en el piso nueve de la Clínica Indisa de Santiago, en la Unidad de Paciente Crítico. Allí un equipo médico cura sus heridas y ve con asombro cómo diariamente Christian esquiva la muerte, para su familia un milagro que agradecen con oraciones. “Todos los días que pasan mi hijo gana una batalla”, asevera el padre.
Miguel Soto Monsalve (de 48 años), sargento segundo del Ejército, relata que “a un mes del accidente hoy lunes mi hijo será sometido a su séptima operación, su recuperación ha sido muy lenta, pero tenemos la fe que el Señor lo va a sacar adelante porque el equipo médico está integrado por excelentes profesionales”.
“Hace unos día –cuenta emocionado Miguel– mi hijo tuvo un momento de consciencia, los médicos le dieron un momento para que él poco a poco vaya tomando conciencia de su estado y no sea tan drástico volver a la normalidad”.
“Todos los días que pasan mi hijo gana una batalla”, asevera el padre.
Miguel Soto relata que “mi hijo se emocionó mucho al verme, es complicado para él verse en una clínica después de haber perdido la noción del tiempo tras el accidente. Él recuerda el instante en que ingresa a la neblina, donde no se veía nada y luego la conmoción por el accidente”.
“Si mi hijo está con vida es gracias a la misericordia de Dios, que puso a las personas indicadas en su camino. A él lo rescató un carabinero de Fuerzas Especiales, de nombre Roger Hidalgo, que revisó los autos que ese día se estaban quemando luego del accidente y lo sacó”, narra el padre.
Ese 9 de octubre el sargento segundo del Gope de Carabineros, Roger Hidalgo, se trasladaba a Ercilla junto a otros efectivos cuando se encontraron con la tragedia carretera.
“Le comenzamos a preguntar a la gente si faltaba alguien para prestar apoyo, nos decían que estaban todos, pero no sé por qué me dio una corazonada de revisar los vehículos que se estaban quemando, y ahí escuché cuando este joven pedía ayuda, ya el fuego había consumido sus ropas, estaba con heridas graves”, relata el funcionario policial.
Hidalgo cuenta que con apoyo de sus compañeros lograron sacar al conductor y hacerle las primeras curaciones, para luego subirlo a una ambulancia que lo llevó al Servicio de Urgencia del Hospital de Victoria, donde ingresó como NN.
AGRADECEN EL APOYO
Los padres de Cristian se han trasladado hasta Santiago, al igual que Karen Hinostroza, la esposa del joven accidentado, quien en compañía de su hija Agustina, esperan todos los días las novedades médicas que entrega el equipo médico.
“El sigue estable dentro de su gravedad, no lo podemos ver mucho debido al Covid-19 y no puede tener ningún tipo de infección, por eso vamos a esperar que esté más recuperado”, cuenta.
Karen agradeció a toda la comunidad que se ha puesto la mano en el corazón para ayudar a su esposo, a este joven padre que hoy es un gladiador que espera salir airoso de la prueba más difícil que le puso la vida.
“Agradecerle a la comunidad que nos está apoyando, pero esto recién está comenzando y hay un largo camino que recorrer, en Victoria se lanzará una segunda rifa para reunir recursos. Las autoridades no han estado como uno esperaría en un caso tan grave como éste, nos sentimos abandonados. De la autopista no hemos recibido ni siquiera un llamado”, relata.
Con la familia también viajó la pequeña Agustina (de 11 meses) hija de Christian, quien si bien no dimensiona la pesadilla que están viviendo, sus cercanos esperan que pronto pueda correr a los brazos de su padre.