“Lo único que le pedía a la gente del hospital es que me arreglaran mi brazo para volver a pelear, la bala me atravesó de lado a lado el hombro izquierdo”, recuerda el joven boxeador de la comuna de Vilcún, Germán Vásquez Pardo (de 21 años), quien fue baleado por un funcionario de Carabineros, que será llevado a juicio por el Ministerio Público.
El 28 de febrero del 2019 será un día difícil de olvidar para Vásquez, conocido en el mundo del boxeo regional y nacional como Gallo Negro. Según la acusación presentada por el fiscal Roberto Garrido, ese día a las 19:00 horas el personal de Carabineros del Retén de Cherquenco fue informado de un intento de robo en la comunidad Levío 2.
Los efectivos se trasladaron hasta la Ruta S-31, donde a eso de las 19:20 horas hicieron parar al conductor de una camioneta para fiscalizar a sus tres ocupantes, entre ellos Germán Vásquez. “En ese momento el carabinero Giovanni Vargas detuvo el carro policial y descendió del mismo el cabo primero Manuel Espinoza Vásquez, quien portaba como armamento de servicio una pistola ametralladora UZI, calibre 9 mm”.
La acusación de la Fiscalía precisa que el cabo Espinoza Vásquez realizó señales de detención a la camioneta. Sin embargo, debido a presencia de otros vehículos en la vía y de las deficiencias mecánicas del móvil, el conductor no obedeció la señal de detención y continuó la marcha.
El fiscal relata que una vez que la camioneta ya había sobrepasado el intento de control policial, y sin que existiera riesgo para su integridad o la de sus acompañantes, el cabo primero Manuel Espinoza abrió fuego, disparando su arma de servicio hacía la cabina del móvil que se alejaba de su posición.
“A consecuencia de la acción del cabo Espinoza Vásquez, un disparo de proyectil balístico impactó a Germán Vásquez Pardo lesionando su hombro izquierdo, desde atrás hacia adelante, causándole una fractura expuesta de la clavícula”, sostiene la acusación.
EL BOXEADOR
Este joven deportista, quien vive con su hermana, su sobrino y sus padres en un inmueble en la localidad de San Patricio, en la comuna de Vilcún, dice que espera que los tribunales “hagan justicia” y que pese a sus intentos de retomar la actividad, los dolores y los recuerdos de la pesadilla afloran en cualquier momento.
Este diestro tiene 13 peleas, 10 ganadas por nocaut y solo tres derrotas. Su esfuerzo y perseverancia lo llevaron a convertirse en campeón de Chile y comenzó a prepararse para cumplir su sueño: debutar como profesional, pero el disparo que recibió en su hombro izquierdo truncó una carrera ascendente, que hoy intenta recuperar.
“Yo todavía me acuerdo de la cara del Carabinero, me pegó con el arma en la cabeza, con la punta de una UZI que portaba. Ahí otro policía me dijo quédate tranquilo cabro, es por tu bien. Ahí el Carabinero que me disparó me puso la rodilla en el pecho y me apuntaba a la cabeza”, cuenta.
El protagonista de esta historia dice que “ese día me llevaron detenido y un carabinero jovencito les dijo que me llevaran al hospital, había perdido bastante sangre, ya estaba medio pálido, gracias a Dios no pasó a mayores”.
“Hasta el día de hoy no he podido volver a pelear, ya llevo más de un año parado, pesaba 87 kilos, siempre me mantenía en mi peso para poder pelear en los 90 kilos. Ahora estoy pesando 120 kilos, por más ejercicios que haga, porque de pronto me vienen los dolores al hombro y tengo que parar, ya no es lo mismo”, relata.

Germán explica que puede soportar un entrenamiento duro, pero cuando descansa y especialmente durante las noches “comienzo con las puntadas en el hombro y el dolor es insoportable. La bala me atravesó de lado a lado, en el hospital me hicieron una cirugía, estuve dos días internado y para la casa”.
Este joven boxeador dice que sigue entrenando porque quiere cumplir su sueño, convertirse en un boxeador profesional en la categoría de peso pesado. “Creo que me merezco una oportunidad porque siempre estuve entre los tres mejores a nivel nacional, por eso sigo entrenando pese a los dolores”, afirma.
Pero Germán también ha sufrido el estigma que significa en un pueblo chico verse implicado en un incidente con Carabineros. “Perdí todo el apoyo que tenía, la gente me miraba como si fuera un delincuente, yo no tengo antecedentes, sé que hay gente que me quiere, pero ya no es lo mismo”.
Al ser consultado a quién admira, el Gallo Negro relata que “la imagen que siempre tuve cuando comencé en el boxeo, porque estuve entrenando con ellos, fue la de Arnoldo Poblete, la Cobra Díaz, el Tigre Palma, a ellos los admiro porque son gente humilde igual que uno, que han surgido de abajo”.
QUE SE HAGA JUSTICIA
El fiscal Roberto Garrido sostuvo en la acusación que los hechos son constitutivos del delito consumado de violencia innecesaria con resultado de lesiones graves y solicitó para el cabo primero de Carabineros, Manuel Espinoza, la pena de 3 años y 1 día de presidio.
Al respecto, el abogado penalista Dionisio Ulloa Berrocal, quien representa a Germán Vásquez Pardo, sostuvo que “mi representado y su familia buscan justicia, esperamos que así lo entienda el Tribunal Oral en lo Penal que conozca de la causa. Creemos que los procedimientos policiales deben ajustarse a la normativa, al respeto de los Derechos Humanos y los funcionarios deben emplear en forma proporcional los medios, porque en ningún momento en este caso la vida del carabinero estuvo en riesgo”.

La audiencia de preparación de juicio oral, donde se determinará qué medios de prueba presentarán las partes en el juicio, estaba fijada para el 14 de julio, pero se suspendió.
Pese al golpe que recibió su carrera, el Gallo Negro Vásquez, admirador de Muhammad Ali, dice que su sueño sigue siendo ser campeón de Chile en la categoría de pesos pesados y que seguirá entrenando para algún día subirse nuevamente a un ring, pero antes debe ganar una de las peleas más duras que le puso la vida: su rehabilitación.
¡Ni tú ni yo ni nadie golpea más duro que la vida!