La familia del pequeño Alem Bozo Sánchez (de 6 años ), que perdió la vida luego que fuera aplastado por una pesada reja de fierro de unos 400 kilogramos en el terminal de Tur Bus en Pucón, el 23 de octubre del 2019, presentó una demanda en contra de la empresa solicitando una indemnización de 400 millones de pesos, así lo informó en su edición de hoy el diario electrónico La Voz de Pucón.
La Voz sostiene que a la causa penal que tramita el Ministerio Público; se sumó una civil; luego de que la familia del niño decidiera demandar a la empresa de transportes y a la inmobiliaria (Inversiones ANDO Ltda., la que estaría a cargo del recinto) por $400 millones.
La Voz…, tuvo acceso al documento, patrocinado por el prestigioso abogado temuquense Carlos Tenorio, que acredita la acción en los tribunales civiles; y que entrega lapidarios comentarios y datos en relación al accionar de la compañía. La demanda —que en los hechos representa a la madre del pequeño, Estefanía Sánchez— parte con la descripción de los hechos ocurridos ese fatídico 23 de octubre de 2020. Señala que Alem, junto a su madre Estefanía; al padrastro Rodrigo y a la hija de estos últimos de 10 meses de edad; viajaron desde su hogar en Catripulli hasta Pucón, donde tenían que dejar unos productos de cosmética natural frente al mencionado terminal. Una vez que se bajaron del vehículo en el que iban, la mencionada reja cayó, golpeó a Estefanía; pero cayó sobre el frágil cuerpo del niño. ¿El resultado? Una muerte casi instantánea.
“Más allá de lo evidente, como lo fue la trágica e irremediable muerte del pequeño Alem junto a las lesiones físicas sufridas por Estefanía, los hechos antes descritos han ocasionado en el grupo familiar de Alem, pero por sobre todo y como es natural en su madre, un dolor desgarrador y una pena inmensa, de la cual difícilmente se podrán recuperar”, se lee en el documento el que agrega: “Dicen quienes han sufrido esta clase de desgracias que el dolor no pasar nunca. Lo único que se logra es aprender a convivir con el mismo. Alem era un niño de 6 años y siete meses de edad, muy alegre y cariñoso. Su muerte ha provocado un dolor irreparable en su familia, dejando heridas, secuelas y huellas muy profundas que difícilmente llegarán a sanar. Alem tenía múltiples aptitudes, con toda una vida por delante para desarrollarlas. Era un niño muy vital, con notorias y manifiestas ganas de jugar, aprender y vivir. Lastimosamente, todo aquello quedó truncado el 23 de octubre de 2019, producto del accidente del que fuera víctima y que se produjo por una clara y manifiesta falta de diligencia por parte de las demandadas”.
La demanda, por cierto –Dice La Voz– hace referencia a los accidentes de tránsito que la empresa de transportes ha tenido y generado conmoción social: “Es sabido que Tur Bus es una empresa de transporte de pasajeros con un largo y trágico historial de accidentes de tránsito, desgracias y muerte. Tal vez la enorme cantidad de casos en los que sus pasajeros han perdido la vida durante sus múltiples viajes, los haya vuelto descarnadamente indolentes frente a la muerte. Cada vida, cada pasajero, cada vida, pareciese significar poco más que un número para ellos. Seguramente han hecho eco de una expresión que cada vez se escucha con mayor habitualidad, y que consiste en suponer los riesgos que conlleva el trasladarse motorizadamente por los caminos y rutas del país, como si aquello implicase una suerte de eximente de responsabilidad para el porteador”.
El punto es que, según la posición de los demandantes, esto último no aplica en el caso de Alem. “No obstante ese ‘lugar común’ no aplica para el caso de Alem. Este niño no era un pasajero más de Tur Bus. No era otro número. Era lisa y llanamente un pequeño y lindo niño, lleno de vida. Su única actividad a la hora de los hechos consistió en bajarse de la camioneta en que viajaba junto a su querida familia, por el lado de la vereda, para acompañar a su mamá a hacer sus entregas. Ni él ni nadie hubiese esperado jamás que una pesada estructura metálica, malamente instalada por las demandadas, terminase cayéndole violentamente encima, terminado casi de inmediato con su vida”, señala la demanda.
El portal de noticias de la zona lacustre precisa que según los demandantes, tanto la Empresa de Transportes Rurales Limitada (razón social de la compañía) como la inmobiliaria incurrieron en una actitud de “criminal imprudencia”. “De los hechos y antecedentes expuestos se concluye, sin margen de dudas, que tanto Tur Bus, como asimismo la explotadora del inmueble en que funciona el referido terminal, sociedad Inmobiliaria e Inversiones ANDO Limitada, incurrieron en una flagrante y criminal imprudencia o negligencia, desde el momento en que, sabiendo o debiendo saber el peligro la instalación irregular de la reja o cerco que le provocó la muerte a Alem, no adoptaron las medidas conducentes a evitar esa clase de situaciones, ignorando con absoluta ignominia la puesta en riesgo de bienes jurídicos tan trascendentales como la vida y la integridad física, al tiempo de actuar con desprecio frente a las obligaciones que imponen las normativas vinculadas a los permisos sectoriales pertinentes”, se argumenta en la demanda.
El documento concluye que, si los demandados hubiesen actuado con celo, el niño aún estaría con vida: “Lamentablemente eso no será posible dado que el pequeño Alem ha muerto, como consecuencia directa e inmediata de la indolencia negligencia inexcusable de las contrarias, para quienes la vida este menor no representa más que un mero número”.
La Voz precisa que sobre el perjuicio generado en la familia y, en particular, en la madre del niño, la demanda sostiene que no han podido reponerse de la pena de la pérdida. Y que probablemente nunca lo harán. “Así las cosas, y de conformidad con los hechos expuestos, el daño moral que ha sufrido mi representada Estefanía Aracely Sánchez Ávila junto a su grupo familiar, jamás podrá ser debidamente resarcido, pues Alem jamás volverá a estar en los brazos de su madre ni de sus seres queridos”, señala la demanda, la que luego agrega: “No obstante lo anterior, una mínima reparación requiere de una condena civil no inferior a los $400.000.000.- (cuatrocientos millones pesos), suma por la cual demando solidariamente a las demandadas ya singularizadas”.
“Que se hagan responsables”
La madre del pequeño, Estefanía Sánchez, califica como “un gran avance” que se interponga la demanda y apunta a que la empresa debe hacerse responsable del hecho. “Si bien el dolor de nosotros no se mitiga con el tema de la demanda y tampoco nos van a devolver a Alem, como familia consideramos que Tur Bus debe hacerse responsable de la negligencia que han cometido hacia nosotros como peatones, que pudo haber sido hacia cualquier ciudadano. Esto no fue un accidente, sino que más bien fue una negligencia que atentó contra la vida de alguien que ni siquiera estaba tomando sus buses”, señala la madre, para luego agregar: “Para nosotros es súper importante que ellos se hagan responsables desde ahí. Que se hagan cargo de esta negligencia y que asuman la responsabilidad como corresponde”.
El punto para Estefanía Sánchez es que más allá de la indemnización, es relevante que el lugar cuente con los resguardos y señaléticas adecuadas que aminoren al máximo los riesgos: “Para que a nadie más le vuelva a pasar lo que le pasó a mi hijo. Y eso para nosotros es súper importante dejar en cuenta que este proceso también va en beneficio de todas las personas que transitan por el lugar. Hasta el día de hoy no se ha tomado ninguna medida restrictiva”. La madre de Alem agrega, además, que seguirán hasta el final con la causa.