El periodista, escritor y poeta César Cabello Salazar (de 44 años) –ex alumno de la Universidad de La Frontera de Temuco– ganó el prestigioso concurso internacional de poesía “Poesía Nueva York Poetry Press 2020”, con su libro Idolatría del Huesped.
Según informaron portales especializados, el Jurado del Primer Premio Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press 2020, conformado por Juan Carlos Olivas (Costa Rica), María Ángeles Pérez López (España), Gabriel Chávez Casazola (Bolivia) y Tina Escaja (España), luego de una revisión minuciosa de las obras presentadas al concurso, decidió otorgar el premio a Idolatría del huésped, obra firmada con el seudónimo “Marte”.
El jurado precisó que Idolatría del huésped, libro que destaca por su fuerza y su intensidad,logra articular, de modo excelente, el diálogo entre distintos tiempos y espacios. A través de un lenguaje de reminiscencias bíblicas y míticas que pueden ser leídas de modo absolutamente actual, en su indagación sobre banderas, fronteras o extranjerías, muestra gran madurez en la escritura y nos interpela tanto en relación con el 2020, como con todos los ámbitos temporales.
Si bien este ex estudiante de la Ufro, donde estudio Historia y luego Periodismo, es oriundo de Santiago, vivió en La Araucanía durante 22 años y aún su familia permanece en la región, la que visita en forma frecuente. Pero también –cuenta– este lugar está presente en su imaginario creativo en forma permanente.
Golpedigital.cl habló con César Cabello Salazar sobre lo que significa este logro internacional, sobre sus proyectos y también cuál es el lugar que le cabe a la poesía en este mundo vertiginoso.
–¿Cómo recibe este reconocimiento internacional?
–Con calma. Los premios de poesía son accidentes que, si te los tomas muy en serio, te pueden llegar a deformar. Con esto no quiero decir que tengan un carácter de por sí pernicioso, pero, como todo gesto aparente, responden más al brillo de un reflejo superficial que fácilmente se puede transformar en una trampa y, en este sentido, ya todos sabemos lo que le sucedió a Narciso.
–¿Esto es un salto importante en su carrera como escritor? ¿Por qué?
–Sí, desde el punto de vista del libro es un avance en el sentido de que se amplía el número de lectores, ya que el premio considera la traducción al inglés y la publicación en doble registro en una editorial internacional. En cuanto a los alcances que eso tenga, ya no dependen de mí, sino de los editores y de los publicistas que manejarán por un tiempo los derechos del libro.
–¿Cuál es el argumento del libro que presentó al concurso?
–Desde hace un tiempo estoy interesado en una línea específica de la poesía chilena, denominada escatológica, que no la defino yo, sino un académico de la Universidad de Valparaíso llamado Sergio Pizarro. Esta línea, como su nombre lo señala, está anclada en el tema de la muerte y la trascendencia, entre otras cosas. El libro que ganó se enmarca en esta desde distintos tópicos, como el viaje; la propia muerte, vista a través del extrañamiento y de la vejez; lo cartográfico que desplaza los espacios meramente físicos, etc.
–¿Ha pesando incursionar en narrativa?
–Sí, ahora mismo estoy en ello, escribiendo una novela de temática mapuche ambientada en La Araucanía. La narrativa es un género recurrente en mis lecturas y anteriormente lo he trabajado a través de las crónicas que intercalo en los textos de poemas.
–¿Cuál es su próximo proyecto y en qué consiste?
–Tengo otros dos libros de poesía ya escritos, pero aún inéditos, y me encuentro escribiendo la novela que le señalo, la que espero terminar el próximo año.
–¿Qué recuerdos tiene de La Araucanía?
–Sí, viajo habitualmente. La Araucanía siempre ha estado presente en mi vida y en mi escritura, estudié ahí y parte de mi formación literaria se gestó en la zona, tanto en la Universidad de La Frontera como en distintos contextos de la región. Mis ancestros son de Diego de Almagro y de Pitrufquén, y mis padres y mi hermano viven en Temuco. Asimismo, este es un lugar e insumo presente en mi trabajo e imaginario, a partir del que simbolizo y ficciono.
–¿Esta pandemia brutal ha servido de inspiración? ¿Por qué?
–Sí, ha servido. Como dije con anterioridad, actualmente me interesa la línea escatológica de la poesía chilena y esta coyuntura no escapa a eso.
–¿Hay un recambio de poetas en Chile o la poesía está dormida?
–Bueno, siempre hay nuevos poetas (aunque esto no implica necesariamente un recambio) y en esta actividad uno siempre dialoga con vivos y muertos: somos todos contemporáneos.
–¿Cree más en el poeta revolucionario o el poeta de reuniones sociales?
–Creo en el poeta comprometido con su escritura.
–¿Qué lugar ocupa la poesía y el poeta hoy en este Chile?
La poesía ha demostrado ser importante no solo desde el punto de vista estético o de lo que se le considera le es inherente, sino que también a veces ha funcionado como documento de época a partir del que es posible leer la contemporaneidad y el futuro.
Por otro lado, en Chile -y no de modo exclusivo- ha reinado la figura del poeta único, en tanto configura y fija cierto tipo de identidad en torno a lo que se considera un ethos nacional. La poesía, por tanto, ha respondido a este requerimiento, a veces de manera precaria y, otras, de modo extraordinario. Sin embargo, hoy en día, el mercado y la industria del libro marcan la pauta de las distintas tendencias que dominan desde lo comercial y lo económico, que no necesariamente se corresponden con lo literario. Este es un problema al que estamos constantemente enfrentados en tanto este esquema tiende a constreñir el abanico de posibilidades y, finalmente, lo que llega a los lectores.
–¿Cómo el poeta enfrenta este estallido social y las violaciones a los DDHH?
–En lo que a mí respecta, repercutió en mi poética, no a modo de protesta literal sino que absorbiéndolo de acuerdo a mis formas e intereses de escritura, que son líricos, pero que no por eso están alejados de la rabia y del sentir del grueso de la población chilena en un tema que no admite matices.
–¿Qué poetas han marcado su trabajo?
–Es difícil nombrar a todos, pero hay ciertas figuras, en Chile, a las que siempre vuelvo, como Neruda, Mistral, De Rokha, Anguita, Teillier, etc. Asimismo me interesa también toda la tradición de la poesía secreta de nuestro país, donde se encuentran Jaime Rayo, Gustavo Ossorio, Carlos de Rokha, Boris Calderón, Omar Cáceres, entre otros.
Multitud Escribirás de historia, no de mitos. Al caballo alado lo dejarás pastar en la aridez de la hierba muerta. Darás al hombre una bandera izada como un traje nuevo y un rostro al inquilino hospedado por la marcha. Pondrás tu voz al servicio de las hordas. No la tibia sonrisa del esclavo o del rehén que abraza a su asesino. En el lenguaje de la guerra, el mártir revive en un cadáver aún más fresco, como un ídolo desfigurado al que no le sanan las heridas. Necesitas sangre para teñir los pétalos de la rosa funeraria, cavar trincheras en las mentes de los jóvenes para que su patria sea un país y no un abismo. Un soldado marca su victoria en el pecho de un huérfano. No así un rebelde, que arrastra ataúdes hacia el coliseo del amanecer. En el lenguaje de la guerra, la muerte escoge un bando, levanta tiendas de campaña en nombre de los hechos que consuman la derrota del más fuerte. Escribirás de historia, no de mitos, para instar a la revuelta del hombre que acaba de nacer.
César Cabello Salazar