A las cero horas de este jueves los camioneros asociados a la Confederación Nacional del Transporte de Carga de Chile (CNTC) iniciarán un paro nacional. Esto luego del atentado ocurrido el viernes en la noche en Collipulli y que dejó a una menor de 9 años herida a bala, lo que para muchos fue la gota que rebasó al vaso.
Luciano Vilugrón (de 54 años) es camionero hace más de 25 años. En su oficio ha recorrido las carretera del país transportando diversos productos, pero la noche del viernes, cuando regresaba a Victoria luego de entregar productos en la comuna de Concepción, marcó un antes y un después.
EL ATAQUE
Pasadas las 23:00 horas el chofer conducía un camión Mercedes Benz, color blanco, por la Ruta 182 desde Angol a Collipulli, el tránsito a esa hora –cuenta– era tranquilo, de pocos vehículos.
“Iba prácticamente solo en la ruta, a unos ocho kilómetros antes de llegar a Collipulli, el conductor de un camión con el que había estado conversando en Santa Juana, estaba detenido en la pista. Y a unos 250 metros delante de él estaban las barricadas de fuego, entonces yo me iba a bajar a ver qué le había pasado al colega, tuve la intención de bajarme cuando comenzaron los disparos”, relata.
El chofer cuenta que “en ese momento, cuando comenzaron los disparos, el conductor de adelante echó a andar su camión y se fue contra el fuego nomás. Yo metí reversa porque detrás de mí no había nadie, me fui hacia atrás y habré alcanzado a andar unos cinco metros, cuando me llega el primer disparo, fue a quemarropa del lado de la cuneta, detrás de un árbol”, narra.
Luciano Vilugrón cuenta que lo que alcanzó a ver no era una escopeta, era un arma corta tipo revólver “porque el sujeto empuñó la mano, perforó el parabrisas delantera e impactó en la litera del camión. Y luego nos dispararon con una escopeta, el impacto dio en la carrocería arriba, donde lleva el equipo de frío el camión”.
Al ver que era atacado –dice el chofer– continuó la marcha atrás y en eso vio que venía otro camión. Ese vehículo de carga era el conducido por el padre de Monserrat, quien viajaba junto a su hija y su esposa, con una carga de varias toneladas de cemento.
“Paré al lado de él y le dije, socito trate de echarse para atrás porque están disparando en estos momentos, a mí ya me dieron en el parabrisas y en el equipo arriba. Y este hombre se intentó echar para atrás, pero la rampla era más larga y no pudo. Yo me alejé de él unos 20 metros marcha atrás cuando se le dejaron caer cuatro compadres, dos por cada lado, ahí le mandaron una encerrona, yo seguí retrocediendo y como era curva, lo perdí, lo volví a divisar cuando el camión estaba ardiendo”, cuenta.
El conductor dice que “todos andaban encapuchados, algunos con un tipo de overol, se veía medio azul o negro, tipo comando era la vestimenta que andaban trayendo, por lo que alcancé a divisar desde la luz del camión. Cuando yo hablé con el chofer no vi ni a la señora ni a la niña, pero como ya eran cerca de las doce lo más probable es que iban en la litera descansando”.
“Yo nunca había estado en una situación así, de primera claro, asustado por los disparos, pero después que ya pasó, ahí me vinieron los tiritones, los nervios, toda la lesera. Y no sé si esto será un movimiento político, por el poder del fuego que tienen, nos dispararon a matar, el proyectil que ingresó al camión pasó entre mi acompañante y yo, al muchacho le saltaron unas esquirlas y comenzó a sangrar de un pómulo”, afirma.
«Y este hombre se intentó echar para atrás, pero la rampla era más larga y no pudo. Yo me alejé de él unos 20 metros marcha atrás cuando se le dejaron caer cuatro compadres, dos por cada lado, ahí le mandaron una encerrona”.
Vilugrón asegura que si se hubiese quedado en el lugar y no da marcha atrás a la máquina, le queman el camión. “Se nota que es gente preparada por la forma de actuar, yo primera vez que me veo involucrado en una situación como ésta, gracias a Dios. Los camioneros preferimos arrancar que andar armados, porque después uno va preso”, asevera.
EL COPILOTO
Esa noche Carabineros fue alertado a través de un llamado telefónico realizado por Mario Canales (de 31 años), quien acompañaba a Luciano Vilugrón y que resultó herido con esquirla en el rostro.
“Antes de llegar a Collipulli había una barricada y delante de nosotros había un camión cargado con ladrillos, a unos 100 metros de la barricada. Yo en ese momento llamé a Carabineros informando que había una barricada, corté el celular y comenzaron los tiros contra el primer camión”, dice.
El trabajador relata que “el conductor se puso en marcha y pasó por sobre la barricada, nosotros comenzamos a retroceder y en ese momento nos llegó un balazo que nos rompió el parabrisas, justo en el lugar donde iba yo, por poco a mi no me pegaron un tiro, después de eso seguimos retrocediendo y llegó un tercer camión detrás de nosotros”.
En esa máquina iba Monserrat junto a sus padres. “Yo les dije que no siguieran avanzando, el conductor hizo maniobras para intentar retroceder, pero como la rampla era muy larga, no pudo escapar, nosotros a unos 100 metros que nos alejamos, los sujetos comenzaron a dispararle a ese camión, tienen que haber sido entre cinco a seis balazos, entre tiros de escopeta y armas cortas”.
Canales dice que “luego comenzaron a salir cuatro sujetos desde las orillas del camino, obligaron a las personas a bajar del camión y luego lo quemaron. Ahí nosotros seguimos retrocediendo y llegamos hasta la entrada del vertedero, que tiene resguardo policial permanente. Nosotros nos quemados con dos efectivos hasta que pasó todo”.
El testigo precisa que “que los hechos estaban planificados, costaba ver con qué ropa andaban, porque estaban dentro de un predio forestal que está a orillas de camino. La persona que nos disparó a nosotros, esa persona iba con ropa de camuflaje, pero es una ropa como café, como la que usa la policía militar del norte, de esa índole”.
Esa noche el trabajador recibió un impacto en su pómulo derecho de esquirlas, no sabe si fueron restos del vidrio que se quebró con el impacto o de otro proyectil, que le provocó sangrado por lo que debió ser atendido en el Servicio de Urgencia del Hospital de Victoria.
“Los tipos estaban disparando a matar, sin ninguna advertencia previa”, sostiene.
LOS CARABINEROS TESTIGOS DEL HECHO
El parte policial de la Segunda Comisaría de Collipulli, al que tuvo acceso Golpedigital.cl, sostiene que a las 23.45 horas a través de un comunicado radial los funcionarios de guardia de la unidad alertaron al personal policial de servicio del tercer turno en la población, a cargo del sargento primero Néstor San Martín Valencia y el cabo primero, Claudio Castillo Fernández, que se movilizaban en el carro Z-6803, para que se trasladaran hasta el kilómetro 7, 2 de la Ruta 182, y de esta manera verificar el corte de la ruta con barricadas.
El documento precisa que a las 23 horas con 52 minutos, los funcionarios policiales tomaron contacto con un conductor de 60 años, con domicilio en Negrete, que estaba estacionado a un costado de la ruta, quien les relató que se quedó en ese lugar porque el chofer de una ambulancia que acababa de pasar lo alertó que más adelante la ruta estaba cortada por barricadas incendiarias.
El parte señala que el personal policial se trasladó hasta el sector de la barricada y cuando estaba sacando los neumáticos encendidos que había en la vía, específicamente en el kilómetro 7, 2 a un kilómetro de distancia, los carabineros divisaron “que un vehículo de gran envergadura , con sus luces encendidas detuvo su marcha, posteriormente transcurridos unos segundos se escucharon ruidos, al parecer, por un arma de fuego, posterior a ellos se divisó una gran cantidad de llamas y humo, proveniente del vehículo antes señalado”.
El documento revela que “el personal policial llegó hasta el vehículo en combustión, logrando establecer que se trataba de un tracto-camión marca Scania, modelo G410A, año 2020, que lo hacía con sus respectivo remolque, el cual era conducido por A.P.C (de 45 años), el que fue trasladado en forma inmediata al Hospital de Collipulli, junto a sus acompañantes, en el RP-4295”.
“Los tipos estaban disparando a matar, sin ninguna advertencia previa”.
El parte policial precisa que “la totalidad de las víctimas manifestaron tener seguros comprometidos, desconociéndose pólizas y compañías aseguradoras, los cuales los harán presentes en la Fiscalía”.
El conductor iba acompañado por su esposa, de iniciales J.P.G (de 45 años), todos domiciliados en la comuna de Osorno, en la región de Los Lagos.
En este ataque la pequeña Monserrat resultó herida en la parte baja de la espalda, por lo que fue trasladada hasta el Servicio de Urgencia del Hospital de Collipulli y luego al Hospital de Victoria, donde le constataron una herida de 5 centímetros.
El sábado la pequeña –oriunda de Osorno– fue sometida a una intervención quirúrgica en el Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco, donde se le extrajo una bala calibre 22.
En este caso el equipo jurídico de la Intendencia de La Araucanía ingresó en el Juzgado de Garantía de Collipulli una querella invocando la Ley Antiterrorista contra quienes resulten responsables del atentado.
La acción legal fue presentada contra todos quienes resulten responsables como autores, cómplices o encubridores del delito de homicidio simple, colocación de barricadas en la vía pública, disparos injustificados y colocación y detonación de artefactos incendiarios en carácter de terroristas.