El Juzgado de Garantía de Pitrufquén declaró culpable de maltrato animal a Hernán Albornoz Cayumán, quien se desempeñaba como lechero en el fundo Aguas Buenas de la Sociedad Agrícola, Ganadera y Forestal Aguas Buenas Limitada, ubicado en la comuna de Freire, en la región de La Araucanía.
La querella fue presentada en marzo de 2018 por Klaus Harz en contra de Albornoz, quien se desempeñaba trabajando en el fundo desde el año 2010 a marzo de 2018 aproximadamente. Gracias a la acción judicial se logró la condena de 60 días de presidio y una multa de un tercio de Unidad Tributaria Mensual.
Al respecto, desde el estudio Dubabogados afirmaron que “nuestro cliente es propietario de una lechería donde había un plantel de 154 vacas en ese entonces, las cuales el 50% de ellas presentó lesiones graves y se logró establecer que un trabajador al manipularlas les quebraba la cola”.
“Este caso es muy inédito por dos razones, no sólo porque se logró la condena, sino porque además tuvimos que actuar solos, el Ministerio Público decidió no perseverar en la investigación y nosotros ejercimos la facultad de forzar la acusación. Con esto logramos sacar adelante el juicio y en definitiva lograr una condena para este acusado”, señalaron desde el estudio Dubabogados.
La acusación particular sostiene que el referido trabajador de manera reiterada, clandestina e injustificada ha maltratado a las vacas de la lechería, conducta que se venía desarrollando de manera sostenida desde el mes de septiembre del año 2017. Referido al maltrato Klaus afirmó que de las 154 vacas “tuvimos 15 con cola cortada y 64 vacas con cola quebradas”.
En tanto, Klaus Harz indicó que este maltrato animal “perjudicó notablemente en la producción de leche. Las vacas cuando tienen problemas de estrés te repercute en mastitis, problemas de alimentación y una serie de otras dificultades. Esto conlleva a una baja producción y aumento de productos químicos. Fue grave el costo del maltrato”.
Klaus agregó que “este caso va a presentar un precedente a futuro para que la gente sepa que no es llegar y pegarle a un animal (…) personalmente nos costó cualquier cantidad sacarlo adelante porque la fiscal nos dejó solos y tuve que seguir con un juicio en forma particular”.
Por otra parte afirmó que “había otras situaciones que no pudimos comprobar porque tuvimos vacas con patas quebradas y las tuve que sacrificar. Pero desde que esta persona se fue del campo no tengo ninguna cola quebrada hasta el día de hoy”.