Este 24 de septiembre Martín Pradenas Dürr (de 28 años) cumplirá dos meses en prisión preventiva en la cárcel de Valdivia, imputado por el Ministerio Público como autor de seis delitos sexuales en contra de cinco víctimas distintas.
Luego de la formalización de cargos realizada el 23 de julio por el fiscal Miguel Rojas, el juez de Garantía de Temuco, Federico Gutiérrez, decretó para Martín Pradenas las medidas cautelares de reclusión domiciliaria total, arraigo nacional y la prohibición de acercarse a las víctimas.
En la audiencia, el magistrado Gutiérrez Salazar consideró que en esta etapa procesal existen fundamentos para acreditar el delito de violación contra Antonia Barra Parra, pero no los suficientes para sostener las imputaciones signadas con los números dos y cuatro, y el abuso sexual en contra de la víctima Antonia Barra Parra.
En esa ocasión el juez acogió los argumentos de la defensa del imputado y declaró la prescripción de los hechos signados por el Ministerio Público con los números 1 y 3, por haber transcurrido el plazo legal que establece la ley de 5 años para accionar penalmente en este tipo de delitos.
La decisión adoptada por el magistrado generó que diversas agrupaciones se agolparan frente a la casa de la familia Pradenas a protestar, ya que consideraron que la decisión del tribunal era injusta y un duro golpe al derecho a denunciar de las mujeres víctimas de delitos sexuales.
Ese día los vidrios del frontis de la casa de la familia Pradenas fueron quebrados con piedras, a tal punto que debió intervenir personal de las Fuerzas Especiales de Carabineros, escenas que fueron transmitidas en vivo por los canales de televisión.
El 24 de julio –un día después– la Segunda Sala de la Corte de Apelaciones de Temuco acogió el recurso de apelación presentado por el Ministerio Público y querellantes particulares y ordenó la prisión preventiva para Pradenas Dürr, por considerar que la libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad, de las víctimas y para el éxito de la investigación.
La resolución fue adoptada por los ministros Alejandro Vera Quilodrán, Mirna Espejo Guíñez y el abogado integrante Roberto Fuentes Fernández.
El 03 de agosto la Corte de Apelaciones de Temuco revocó la prescripción dictada por el tribunal de Garantía en dos de delitos sexuales por los cuales fue formalizado Martín Pradenas, quien permanece en prisión preventiva siendo indagado por los seis delitos iniciales que están en la carpeta de la Fiscalía.
Este caso es investigado por el fiscal Miguel Rojas junto a la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI. El persecutor formalizó a Martín Pradenas como autor de delitos de abuso sexual y violación en contra de cinco víctimas distintas, ilícitos que Pradenas habría perpetrado entre 2010 y 2019.
EL CASO DE ANTONIA BARRA
Dos de los ilícitos indagados por el Ministerio Público son los denunciados por los padres de Antonia Barra Parra (de 21 años), joven estudiante de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Mayor de Temuco.
Los progenitores de la joven denunciaron luego que el 13 de octubre la estudiante universitaria se quitara la vida en su domicilio en Temuco y sus padres conocieran un audio que le fue entregado por el ex pololo de Antonia Barra, donde acusa a Martín Pradenas de violación, hecho que habría ocurrido en una cabaña en Pucón el 18 de septiembre del 2019.
Para el fiscal Rojas el primer ataque sexual que sufre Antonia Barra tiene lugar la mañana del 18 de septiembre de 2019, en el exterior del Supermercado Líder, ubicado en la Avenida Bernardo O’Higgins de la comuna de Pucón, luego que ambos jóvenes abandonan la discoteca ex Sala Murano.
“El imputado aprovechándose de que la víctima A.R.B.P., de 21 años, se encontraba incapacitada para oponerse debido a su estado de ebriedad, procedió a realizar actos de significación sexual y relevancia en su contra”, dice la formalización del fiscal.
Este primer hecho es el que se muestra en el video captados por las cámaras de seguridad del Supermercado Líder de Pucón y que fueron exhibidas en la audiencia de formalización de cargos ante el juez de Garantía, Federico Gutiérrez.
En el relato de formalización de cargos, el fiscal Rojas agrega que “posteriormente, en una cabaña ubicada en calle Arauco de la comuna de Pucón, el imputado habría aprovechado el estado de ebriedad de la joven A.B.P., para desnudarla y violarla”.
A un año de los hechos, Golpedigital.cl tuvo acceso a las declaraciones prestadas por los testigos que la noche de ocurridos los hechos se encontraban al interior de la cabaña donde llegó Martín Pradenas junto a Antonia Barra.
¿Qué dijeron los testigos, qué vieron, qué escucharon? Esto es parte de un reportaje a fondo de lo que ocurrió aquella noche del 18 de septiembre del 2019, al interior del inmueble de calle Arauco 343 en Pucón.
“ME DIJO QUE SE LLAMABA MARTÍN”
El 17 de octubre del 2019 declaró ante efectivos de la PDI Bárbara Fredericksen Muñoz, de 19 años, quien hace unos cuatro años llegó a vivir a Temuco proveniente desde Osorno.
En su testimonio entregado ante efectivos de la Brigada Investigadora de Delitos Sexuales (Brisex) de la PDI, dijo que el martes 17 de septiembre del 2019 viajó a Pucón junto a su amigo, Rodrigo Morales, quien es DJ e iba a tocar esa noche en la fiesta «Technofonda» que se realizaría en la ciudad lacustre.
Ese día se fueron –cuenta– en el auto de Rodrigo, donde iban dos amigos más de él: Jaime Rodríguez y Esteban González; “al primero, lo ubicaba y al segundo, nunca antes lo había visto”, relata.
En su testimonio cuenta que Rodrigo Morales arrendó una cabaña que estaba ubicada en calle Arauco N° 343, pero fue ella quien le dejó su teléfono como contacto a la dueña de la cabaña, de nombre Maria Cecilia.
“Yo no quería dejar mi teléfono debido a la responsabilidad que eso implicaba pero como Rodrigo no quiso entregárselo, lo hice yo”, dice en su declaración..
El grupo llegó a destino como a las 21:00 horas de ese día 17 de septiembre. “Como yo tenia mucho frio, me fui a acostar a una de las piezas de la cabaña. Recuerdo que esta cabaña tenía tres dormitorios, era de un piso y estaba ubicada delante de otra casa, en la cual estaba la dueña; las casas tenían una reja o cerco bajito. Respecto a los dormitorios, uno de ellos tenía solamente una cama matrimonial: otro, tenía una litera y una cama individual y el tercero, tenía dos camas individuales”, detalla.
Fredericksen agrega que se fue a “acostar a la pieza donde había una litera y una cama individual. Me quedé dormida inmediatamente. Desperté como a las 04:00 horas y al revisar mi teléfono, vi que tenía mensajes de parte de Rodrigo y Esteban preguntándome si había despertado y asistiría al carrete. Como era muy tarde, preferí quedarme en la cabaña”.
La testigo sostiene que “alrededor de las 07:30 horas, sentí que llegó un auto y al darme cuenta que habían llegado los demás, me levanté. Antes de salir de la pieza, estiré las tapas de la cama y la dejé ordenada. Fui al living y vi que estaba Rodrigo, Javier y Esteban; además, había cuatro chicos más de los cuales yo ubicaba solamente a uno, Iván Muñoz. Los otros tres chicos, recuerdo que uno se llamaba Wilfredo y era más bien gordo; otro, era al parecer extranjero, ya que, me pareció que tenia un acento distinto y era moreno, alto y el otro, era un tipo moreno, normal. Todos tenían alrededor de 20 a 25 años, creo que yo era la menor del grupo. Hasta ese momento, no había otras mujeres”.
“Recuerdo –relata la joven– que me senté en la mesa del comedor junto a Iván, con quien estuve conversando. Como la puerta de calle estaba abierta, recuerdo que entraba y salía la gente que estaba allí; no sé si había más gente que estos, pero este flujo de gente duró unos cinco minutos. Al rato después, los demás se fueron a la cocina y yo seguí en el living conversando con Iván y también con el chico moreno”, dice.
La testigo agrega que “en un momento, sentí que se abrió el portón y por eso, miré por la ventana del living y vi que venía entrando una pareja, es decir, un hombre y una mujer, ambos jóvenes, los cuales estaban tomados de la mano. Me dio la impresión que ambos estaban muy ebrios, ya que, se tambaleaban y se reían, dando la impresión que estaban con alcohol. Alguien les abrió la puerta y esta pareja entró y se fueron directamente a la pieza donde yo había dormido. Yo no los conocía y tampoco los había visto antes. No recuerdo si ellos saludaron a alguien, solamente vi que se fueron directo a esa pieza. En un momento, vi que la pieza estaba abierta y por eso, fui a buscar mi cartera que estaba adentro. Al llegar a la pieza, vi que esta pareja había pasado al baño, el cual estaba ubicado al lado del dormitorio. El chico estaba en la puerta del baño, la cual estaba entreabierta y la chica estaba sentada en la taza del baño. Ambos hablaban”.
Después –agrega la joven– “pasé a la pieza matrimonial a dejar mi cartera y luego me fui a la cocina, por cuanto todos los demás estaban allí, es decir, estaban los tres chicos con los que viajé desde Temuco y los otros cuatro que llegaron después. No recuerdo si alguno de ellos salió de la cocina en algún momento. Había música muy fuerte en la cocina y no escuché nada que llamara mi atención, como gritos u otro sonido. La cocina tenía una puerta y la teníamos cerrada. Yo siempre pensé que la pareja que estaba en la pieza de la litera, eran pololos debido a la confianza que vi entre ellos, tanto porque llegaron tomados de la mano como por ir juntos al baño; por eso, nunca imaginé que podría pasar algo malo”.
Fredericksen declara que “a la hora después o un poco menos, el chico que estaba en la pieza, se unió al carrete. La chica no lo acompañó por lo que pensé que se había quedado en la pieza, durmiendo. En un momento, ese chico me habló y me preguntó por mi nombre y me dijo que se llamaba Martín; no hablamos más. De acuerdo a mi impresión, en ese momento, en que Martin me habló, si bien había bebido, no estaba tan ebrio como cuando llegó. Al rato después, fui al baño y al salir de allí, pasé a ver a la chica, por lo que abrí la puerta de la pieza y me di cuenta que no había nadie pero que la cama individual, la misma en la que yo había dormido, estaba desordenada, con las tapas para atrás. Volvi a la cocina y seguí carreteando pero no tomé nada de alcohol en toda la noche y tampoco en la mañana”.
La testigo agrega que “recuerdo que yo me fui a acostar como a las 10:30 horas y pasé a buscar mi cartera a la pieza matrimonial, la cual estaba vacía. Me acosté en la misma pieza donde antes había dormido pero como la cama individual estaba desordenada, me acosté en la cama de abajo de la litera. Como ya había dormido durante la noche, no tenía sueño y me quedé con mi teléfono”.
“Como a las 11:30 horas –dice en su testimonio– todos se fueron a acostar. En la pieza donde yo estaba, se acostó Rodrigo con Martin, en la cama que estaba desordenada y en un momento, entró a la pieza el «extranjero» con el otro chico moreno, los cuales finalmente se acostaron en la cama de la litera de arriba. Al cabo de un rato, todos se quedaron dormidos, se pusieron a roncar y por eso, me fui al living. Como a las 12:00 horas, me empezó a llamar la dueña de la cabaña para decirme que teníamos que desocuparla antes de las 13:00 horas porque llegarían otros arrendatarios. Me puse a ordenar y a limpiar y como a las 12:30 horas, traté de despertar a los demás pero no pude así que solamente me senté en el living y a las 13:00 horas llegó la señora María Cecilia, quien conversó con Rodrigo y ella accedió a que entregáramos la cabaña a las 14:00 horas”.
La joven sostiene que “alrededor de las 14:00 horas, nos fuimos de la cabaña y al salir, la dueña de ésta, me atajó y me dijo que el arriendo era para seis personas y que había más que eso por lo que podía que se le cancelara más dinero. Yo, le dijo que el trato lo hizo con Rodrigo por lo que hablara con él. Ella estaba molesta y me enviaba mensajes a mí por WhatsApp”.
Bárbara Fredericksen dice en su declaración que el “miércoles 16 de octubre, a través de Instagram, un amigo me etiquetó en una noticia sobre el suicidio de una joven en Temuco, Antonia Barra; me etiquetó debido al impacto que esta noticia causó. En ese momento, me di cuenta que Antonia era la chica que estuvo en la cabaña y que entró junto a Martín”.
Agrega que “luego, revisé mis cosas sobre esta noticia y me di cuenta que se estaba funando a Martín por violación. Por esto, le hablé por WhatsApp a Rodrigo Morales, con quien no hablaba desde que me vine de Pucón. Le pregunté si él sabía lo que estaba pasando y me dijo que todo era muy lamentable y que si alguien nos preguntaba lo que había pasado en la cabaña, había que decir la verdad, es decir, lo que cada uno vio ese día. Rodrigo me confirmó en el fondo que la niña que se había suicidado era la misma que esa mañana fue a la cabaña. No he hablado con nadie más de los que estuvieron en la cabaña, solamente con Rodrigo”.
La joven declara que “como quedé tan impactada al saber esta noticia del fallecimiento de Antonia, hice un video, en el cual dije que yo había estado en la cabaña junto a ella y literalmente dije: «Yo no puedo decir que él la violó porque yo no estuve entre esas cuatro paredes pero si ella dijo que fue violada, yo le creo».
Agrega que “subí ese video a mi instagram donde solamente tengo a 10 seguidores, todos ellos, amigos de confianza. El tema fue que uno de ellos, sacó una captura de ese video y así, se filtró y masificó. Lamentablemente, comenzó a circular por redes sociales mi video pero cortado, por lo que solamente aparezco diciendo: «yo no puedo decir que él la violó». Por este motivo, me han llegado muchos mensajes, tratándome mal, insultándome. Incluso, en uno de esos mensajes, una persona me amenazó diciendo: «te vamos a violar entre todos para que veas lo que se siente». Yo los he ido borrando pero aún conservo algunos. Me han llegado muchas solicitudes pero no las acepto”.
“Quise entregar mi versión de las cosas porque lamentablemente coincidí con Antonia en la cabaña y no podía quedarme callada, por mi tranquilidad. Siento que debía hablar, ya que, era lo correcto. Como dije anteriormente, yo no sé lo que pasó en la pieza donde estuvo Antonia con Martin, porque en ese momento, yo estaba en la cocina con los demás chicos. De acuerdo a mi impresión, Antonia estaba ebria al momento de llegar a la cabaña y Martin también”, agrega en su declaración.
En su testimonio afirma que “a su consulta, no puedo recordar cuánto tiempo estuvo Martín y Antonia en la pieza de la cabaña, pero desde que ellos se fueron a la pieza y luego, Martin se unió al carrete en la cocina, debe haber pasado unos 45 minutos a una hora. Finalmente, estoy dispuesta a colaborar en esta investigación si es que más adelante se me requiere”.
EL UNIVERSITARIO Y DJ
Otro de los testigos que declaró en la causa el 21 de octubre del 2019 es Rodrigo Morales Quiñones, de 24 años, estudiante de la carrera de Contador Auditor del AIEP Temuco, quien también se desempeña como DJ.
En su declaración afirma que es primo hermano de Martín Pradenas Durr. “Con Martin nos criamos juntos desde que yo tenía unos cinco años de edad y siempre mantuvimos contacto cercano”, asevera.
El DJ relata que “el día 18 de septiembre de este año, alrededor de las 18:00 horas, viajé a Pucón en mi auto junto a tres amigos: Esteban González, Jaime Rodríguez y Bárbara Frederick, Como yo iba a tocar como DJ en una fiesta, arrendé una cabaña en calle Arauco con O’Higgins en Pucón. La fiesta en la cual trabajé se llamaba «Technofonda» y se hizo en la ex discoteque «Playa».
“Los cuatro nos íbamos a quedar en esa cabaña aunque sabíamos que llegarían otros amigos en la noche y que también irían a la «electrofonda». La mayoría me iba a acompañar a mí. Cuando llegamos alrededor de las 20:00 o 20:30 horas, lo primero que hicimos fue arrendar la cabaña y luego fuimos a comer. Luego, volvimos a la casa y Jaime compró una botella de pisco, para hacer la previa y tomamos unas piscolas antes de salir. Bárbara no quiso ir a la fiesta así que se quedó en la cabaña durmiendo. Nosotros nos fuimos en colectivo”, relata Rodrigo Morales.
El testigo dice que “estuvimos en la fiesta junto a otros amigos que llegaron de Temuco, entre los que estaban Martín Pradenas. La fiesta terminó como a las 05:30 horas y de ahí, nos fuimos a la discoteque ex Sala Murano. Ahí, estuvimos hasta las 07:00 horas. El tiempo en que estuvimos en la ex Sala Murano yo vi a Martín conversar con Antonia Barra, a quien yo conocía de Temuco pero no éramos amigos. Sé que Antonia andaba con una amiga, Consuelo Uribe, a quien también ubico de Temuco. Mientras estuvimos en esa discoteque, pasamos el tiempo en el salón VIP que está en el segundo piso. Martin estuvo también en el VIP con Antonia”.
El estudiante agrega que “recuerdo que estábamos todos borrachos y por lo que me acuerdo, Martín y Antonia estuvieron «tirando la talla», se reían pero no puedo decir si pasó algo entre ellos o no. Yo no estaba pendiente de ellos. Solamente recuerdo que cuando terminó la discoteque, Martín y Antonia venían bajando de la escalera, de la mano y se cayeron; se notaba que iban curados. Con otros amigos, nos subimos al auto de Wilfredo Salgado y Martín quería subirse junto a Antonia al auto pero no cabían y le dije que él viera cómo se iba a la cabaña, de la cual le dimos la indicación cómo llegar. Los que estábamos en el auto, nos fuimos a la cabaña y llegamos allí como a las 07:20 o 07:30 horas. Los que iban en el auto eran Wilfredo, Jaime Rodríguez, Luis Bisono, Esteban González y yo. Cuando llegamos a la cabaña, nos instalamos en el living y seguimos tomando piscolas; no se consumió ningún tipo de droga”.
Morales añade que “después llegó otro amigo a la cabaña, Iván Muñoz: creo que no había nadie más. Cuando llegamos, Bárbara se levantó a compartir con nosotros. En ese momento, llegó Martín con Antonia de la mano y entraron a la casa. Ambos estaban en evidente estado de ebriedad. Recuerdo que Antonia saludó y se dirigió al baño. En ese momento y debido a que la dueña de la cabaña nos había reclamado por el ruido, nos cambiamos del living a la cocina y llevamos hasta ahí el parlante”.
El DJ narra en su declaración que “en la cocina, estuvimos en una mesa que había como de comedor diario y como tenía puerta, la cerramos para que no se escuchara tan fuerte la música, Martin esperó que Antonia saliera del baño y cuando ella salió, se fueron a una pieza, no recuerdo a cuál fue. Como a la media hora después, Martín volvió a la cocina, y se puso a carretear con nosotros. Le pregunté si todo estaba bien y él solamente dijo que sí. Como Antonia no llegó con Martín a la cocina presumí que se podía haber ido o se había quedado en la pieza”.
El testigo detalla que “como a los diez minutos aproximadamente, escuché un ruido de unas puertas y fui a ver con Jaime el resto de la casa y no vimos nada pero al asomarme a la ventana que daba a la calle, vi que Antonia iba en compañía de Consuelo. Iban solamente las dos e iban caminando normal. Yo no vi a Consuelo dentro de la casa pero después, conversando con Jaime Rodríguez, él me dijo que en un momento vio a Consuelo que abrió la puerta de la cocina. Después que se fue Antonia con su amiga, le fui a preguntar a Martín si todo estaba bien o algo había pasado y él me dijo que todo estaba bien y no había pasado nada. Le pregunté por qué noté raro que Antonia se fuera así como así y además, fue raro que Consuelo se metiera así no más a la casa porque nadie de nosotros le abrió la puerta. Después de esto, nos fuimos a acostar como a las 09:30 horas. Como a las 12:00 horas teníamos que entregar la cabaña, conversé con la dueña y finalmente accedió a que se la entregáramos a las 14:00 horas pero igual nos quedamos dormidos y finalmente, nos fuimos de allí a las 14:30 horas. Ese día, nos devolvimos a Temuco como a las 15:30 o 16:00 horas; Martin se vino conmigo en mi auto. No se volvió a hablar de Antonia ese día”.
El estudiante agrega que “no recuerdo si el día que nos regresamos o al día siguiente, Martin me contó que él le había hablado a Antonia por Instagram para pedirle un polerón de él que ella tenia producto que se lo llevó esa mañana desde la cabaña. En esa conversación, Antonia le preguntó algo como qué había pasado y que ella no se acordaba mucho; él le dijo que ambos se habían ido de la mano a la cabaña; no sé bien cómo fue esa conversación porque no la vi pero es lo que recuerdo de lo que él me comentó”.
El DJ relata en su declaración que “me enteró del fallecimiento de Antonia ese mismo día domingo, cuando falleció, a través de unos amigos. Llamé a Martin para preguntarle si sabía de esa noticia y me dijo que ya estaba enterado y que era lamentable. Después comenzaron a salir los rumores sobre la supuesta violación de parte de Martin e incluso me involucraban a mí en el hecho, como abusador o violador; imaginamos que había sido Consuelo quien había hecho circular la información, ya que, había sido ella la que fue a la casa. Quien me involucró a mí en estos hechos fue una niña llamada Javiera Rosas Salazar, a quien yo ubicaba desde hace años pero no somos amigos”.
Agrega que “lo que yo he conversado con Martin sobre esta acusación de violación de su parte hacia Antonia, él me ha dicho que nunca hubo violación. Por mi parte, yo nunca le hice nada a Antonia y de hecho no compartí con ella esa mañana. Antonia solamente estuvo con Martin esa mañana en la pieza, con nadie más”.
“LE DIJIMOS QUE SE FUERA EN UN UBER CON LA ANTONIA”
En el caso también declaró Jaime Rodríguez Barberá, de 24 años, amigo de Rodrigo Morales y conocido de Pradenas, quien relata que “esa noche como a las 01:30 02:00 horas de la madrugada, llegó Martin Pradenas a la fiesta, junto a Wilfredo, Luis y Bruno, yo estaba carreteando en la caseta del DJ en ese momento”.
El testigo precisa que “como a las 05:00 05:30 horas terminó la fiesta en que estaba tocando Rodrigo, por lo que todos nos fuimos a la disco ex Sala Murano, ahí seguimos carreteando, yo me fui a la parte de la disco donde tocan música electrónica y nos quedamos ahí hasta que la disco terminó, eso como a las 07:00 horas de la mañana. Durante la noche no recuerdo haber visto a Martín junto a Antonia, a quien solo la ubicaba de vista, por ser una chica guapa que la veía en ocasiones en la disco, pero cuando salí de la disco y subí al auto de Wilfredo, recuerdo haber visto a Martín abrazados y de la mano junto a Antonia. Martin se quiso ir en el auto con nosotros, pero no había espacio, ya que en el auto estaba Wilfredo, Rodrigo, Bruno, Luis Bisono y yo, así que le dijimos que se fuera en un Uber con la Antonia. Cuando íbamos de camino a la cabaña, vimos que iba caminando Esteban, por lo que lo subimos al auto y nos fuimos a la cabaña a seguir carreteando”.
“En la cabaña –sostiene ante la PDI–nos pusimos a carretear en el living, escuchando música y tomando piscolas, ahí llegó Bárbara y carreteó con nosotros, al cabo de unos 20 ó 30 minutos llega Martin junto a Antonia. Antonia no conocía a nadie de los que estábamos ahí a excepción de Martin, con quien ella llegó, al ingresar saludaron, Antonia pasó al baño y al salir se fueron a una pieza; primero ingresaron a la primera pieza y todos los que estábamos ahí le dijimos que esa pieza no porque estaba ocupada, luego quisieron entrar a la siguiente pieza y todos le dijimos que no ya que esa pieza estaba ocupada por Esteban y por mí, por lo que se fueron a la última pieza del pasillo, una que estaba junto al baño, ahí entraron y nosotros nos quedamos carreteando en el living como 10 minutos más y luego nos cambiamos a la cocina, donde llevamos el parlante y nos encerramos a carretear”.
En su relato precisa que “al cabo de un rato llega Martin solo, recuerdo que vestía una polera, jeans y zapatillas, se comenzó a tomar unas piscolas con nosotros y bueno asumimos que Antonia se había quedado durmiendo, después de un rato Martin y Luís se sacan las poleras y se ponen a rapear. Recuerdo que en un momento determinado, yo estaba afirmado en la cocina, cuando escucho un ruido, como de una puerta y luego abre la puerta de la cocina una chica que yo no conocía, mira y luego cierra la puerta, por lo que le hablo a Rodrigo quien sale junto Martin a ver qué pasaba; yo igual salí de la cocina a mirar y en ese momento los chicos me comentan que una amiga había ido a buscar a Antonia, de igual modo fui a la pieza y revisé mis cosas para cerciorarme de que no me hubieran robado nada, Carreteamos hasta las 10:00 horas de la mañana aproximadamente, luego nos fuimos a dormir y la señora de la cabaña nos fue a despertar y pedir que nos fuéramos como a las 14:00 horas de la tarde, después fuimos a comer y los chicos se volvieron a Temuco y yo como tenía una cabaña arrendada me quedé en Pucón”.
“Indicar además esa noche no escuché que Antonia pidiera ayuda o algo parecido, de hecho ella llegó caminando, no estaba ebria como para decir que no se daba cuenta de lo que estaba haciendo, por lo que no nos llamó la atención su comportamiento ya que era normal. Es más yo me crie con puras mujeres, por lo que si me hubiese dado cuenta de que algo malo le estaba pasando, la hubiera ayudado”, afirma en su testimonio.
En su declaración añade que “respecto a la muerte de Antonia me enteré el día que falleció yo estaba en un Pub junto a una persona que la conocía y ahí me dijeron que se había suicidado. Luego por redes sociales me enteré que estaban acusando a Martin de violación, por lo que lo envié un mensaje por WhatsApp y le dije que si necesitaba conversar con alguien contara conmigo, pero él me respondí que estaba todo bien y que agradecía mi apoyo, pero no nos hemos juntado en persona desde el día viernes antes que Antonia falleciera. Es lo que puedo señalar».
EL ESTUDIANTE DE LA UA
El 21 de octubre declaró ante la PDI, Wilfredo Salgado Gajardo, de 27 años, estudiante de Ingeniería en Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Temuco, quien reconoce que es amigo de Martin Pradenas Durr desde hace unos seis o siete años a la fecha, ya que ambos estudiaban en el Liceo Camilo Henríquez de Temuco.
“Estábamos en el mismo nivel pero en cursos distintos; yo terminé en el Camilo Henríquez, pero Martin se salió antes de terminar 4 medio. Con Martin nos veíamos por lo general una vez al mes; como yo me dedico también a producir fiestas, él iba a veces; tenemos un grupo de amigos en común por eso compartimos de manera frecuente”, cuenta en su testimonio.
El testigo agrega que “para Fiestas Patrias de este año, decidimos ir a Pucón para acompañar a mi amigo Rodrigo Morales, quien se iba a presentar en una fiesta electrónica como DJ. Nos pusimos de acuerdo en ir para allá entre varios amigos, entre los que estaba Martin Pradenas, Jaime Rodríguez, Bruno Salazar, Esteban González y Luís Bisono. EI día 17 de septiembre de este año, pasé a buscar a Martin a su casa, en mi auto, para irnos a Pucón. Lo pasé a buscar alrededor de las 21:00 a 22:00 horas y nos fuimos en compañía de Martín, Luís y Bruno. Llegamos a Pucón como a las 00:00 horas y nos fuimos directamente al Club donde iba a tocar Rodrigo. Había varios amigos de Temuco en la fiesta”.
En su declaración agrega que “nos quedamos hasta la hora del cierre que aproximadamente entre las 05:00 a las 06:00 horas. Allí, todos estuvimos tomando diferentes tragos. Martin también estuvo bebiendo pero no lo noté ebrio. Con Martin también consumimos algo de marihuana, específicamente unos dos «porros». Cuando terminó esta fiesta, el mismo grupo que llegamos en auto más Rodrigo Morales, nos fuimos a la ex Sala Murano. Ahí, pasamos al segundo piso, donde está el VIP y la pista electrónica, seguimos carreteando, tomando y había otros conocidos”.
El testigo sostiene que “en un momento vi a Antonia, a quien nunca antes había visto y supe que se llamaba así, después, una vez en la cabaña que había arrendado Rodrigo. Cuando ya estaba por terminar la discoteque, como a las 07:00 horas. vi que Martín con Antonia se coqueteaban y bailaban. A los diez minutos después aproximadamente, terminó la disco. Todos los que andábamos juntos, nos reunimos afuera de la disco para irnos a la cabaña de Rodrigo. Martin llegó con Antonia, abrazados y le preguntamos qué iba a hacer él y respondió que también irían a la cabaña. Como en mi auto no cabían, Martín y Antonia se fueron caminando hacia la cabaña, la cual estaba bastante alejada de la disco; ellos se fueron caminando por camino internacional hacia la cabaña. Recuerdo eso porque ellos se fueron antes que nosotros y cuando, salimos en el auto, los encontramos antes de llegar al Líder y allí, paramos y le tiramos una talla y seguimos, dejándolos a ellos allí, los que seguían caminando abrazados”.
“Llegamos –dice el relato del testigo– a la cabaña y allí estábamos: Rodrigo Morales, Bruno Salazar, Iván Muñoz, Jaime Rodríguez, Luis Bisono, Esteban González y una niña de nombre Bárbara. Seguimos tomando y compartiendo. Nos sentamos en el living de la cabaña y en un momento tocaron la puerta y era Martín con Antonia. En ese mismo momento, llegó la dueña de la cabaña a pedirnos que bajáramos la música; cortamos la música para trasladarnos a la cocina. Recuerdo que Antonia pidió entrar al baño y se metió allí sola; ella estaba muy ebria por cuanto me acuerdo que su mirada era la de alguien ebrio. Mientras ella estaba en el baño, Martin la esperaba afuera de éste; lo recuerdo porque en ese momento, yo estuve conversando con él cosas del carrete”.
En su testimonio añade que “Antonia salió del baño y empezaron a buscar una pieza con Martín. Se metieron a una pieza pero le dijimos que salieran de allí porque nosotros queríamos descansar en ella, ya que tenía más camas y ellos se metieron a otra pieza: yo veía que ambos se reían. No sé a cuál pieza se metieron pero se encerraron; no sé si le pasaron pestillo. Después, me metí a la cocina, donde nos juntamos todos y cerramos la puerta para que no se escuchara muy fuerte el boche. Allí estuvimos aproximadamente unos 40 minutos a una hora y en eso, llegó Martín solo; recuerdo que llegó vestido, es decir, con pantalón, zapatos o zapatillas y polera”.
En su relato agrega que “pensé que Antonia había quedado en la pieza pero no lo corroboré. Seguimos compartiendo y tomando unos tragos con Martin, sin notar nada raro. Como a los 40 minutos después, sentimos que entró alguien a la cabaña por lo que nos preocupamos y quedamos atentos, sin salir de la cocina y en eso, se abrió la puerta de la cocina un poquitito y se cerró inmediatamente. No reconocí quien era pero se notaba que era una mujer. Cuando cerró la puerta, Martín junto a Jaime, salieron a ver quién era y lo que pasaba, yo me quedé en la cocina. A los minutos después, ellos volvieron y le pregunté a Jaime quién era y ellos me dijeron que era la Consuelo y un amigo de ella. Yo ubicaba de vista a Consuelo y en ese momento, deducí que era amiga de Antonia”.
“Yo nunca –dice el testimonio– entendí cómo entró Consuelo a la casa, ya que, la puerta principal estaba cerrada por dentro con un pestillo o llave. Nunca vi salir a Antonia de la casa ni la volví a ver después; la última vez que la vi, fue cuando entró a la pieza con Martin. Después de eso, nos fuimos a acostar a las 09:30 horas y nos despertamos como a las 14:00 horas, cuando nos fuimos de la cabaña. La dueña de la cabaña estaba muy enojada porque la desocupamos fuera del plazo. Luego, el mismo grupo, nos fuimos a almorzar a una comunidad mapuche en Pucón y de ahí, nos volvimos a Temuco. Yo me volví en mi auto con Luis y Bruno”, afirma.
EL OFICIAL DE EJÉRCITO
En el caso también declaró el oficial de Ejército, Esteban González Rodríguez, de 23 años de edad, quien sostuvo que «debo señalar que conozco a Martin Nicolás Ignacio Pradenas Durr, hace dos años aproximadamente, ya que es primo de un amigo llamado Rodrigo Morales y vive en la ciudad de Temuco»
El testigo narra que que durante el mes de enero hasta septiembre del presente año se encontraba realizando un curso básico de oficiales de intendencia en la comuna de la Reina, Santiago, el que terminó el 04 de Septiembre del 2019 y y que le dieron libre hasta el 23 y que decidió viajar a Temuco.
En su testimonio cuenta que “una vez en Temuco Rodrigo me comentó que tenía que tocar como DJ en la ciudad de Pucón el día 18. SEP.019, durante la noche, ya que había sido invitado para realizar un «warm up» al Dj Pablo Inzunza, sin embargo no recuerdo el nombre del lugar. Además a dicho carrete iban a ir más amigos que teníamos en común con Rodrigo, así que acepté la invitación. Seguidamente, el mismo 18. SEP.019, junto con mis amigos comenzamos a buscar lugares para quedarnos en la ciudad de Pucón, encontrando una cabaña de la cual ignoro la dirección exacta, lugar al que llegamos en horas de la noche. Una vez en el lugar junto con Rodrigo y Jaime comimos algo, para luego junto con Jaime dirigirnos hasta una botillería a comprar alcohol para la previa y el after que íbamos a hacer en la cabaña”.
El testigo añade que “luego junto con mis dos amigos nos dirigimos hasta la disco, de la cual no recuerdo el nombre, ya que Rodrigo tenía que estar antes de las 01:00 horas. Una vez en la disco, a eso de las 03:00 horas, llegaron unos amigos al lugar llamados Wilfredo Salgado, Luis Bisono, Martin Pradenas e Iván Muñoz, seguidamente a eso de las 05:00 horas termino el evento, por lo que junto con estos nos fuimos hasta la sala Murano ubicada en la ciudad de Pucón, lugar al que llegamos a eso de las 06:00 horas aproximadamente”.
González agrega que “una vez en sala Murano junto con mis amigos estábamos bailando en grupo, luego fui a comprar a la barra un piscola, para posteriormente dirigirme a una zona de Reggaeton, lugar en el cual vi a Martin que estaba bailando con una mujer, de quien ignoro mayores antecedentes y con la cual lo vi darse un par de besos en la boca mientras bailaban en la pista de baile, luego al pasar un rato termino la fiesta a eso de las 08:00 horas, no recuerdo exactamente, momento en el que volví a ver a Martin junto con la misma mujer al momento de salir de la disco. Luego de esto me fui caminando junto con Martín y la mujer hasta la carretera con el motivo de solicitar un Uber, mientras mis otros amigos se fueron en auto hasta la cabaña. Una vez que llegamos a la carretera, solicité dicho Uber, momento en el cual no recuerdo cómo se sumaron dos amigos más para irse conmigo en el Uber, así que Martin y ésta mujer tomar la decisión de irse solos hasta la cabaña”.
El testigo narra que “una vez que llegamos a la cabaña mis amigos se dirigen a la cocina a fin de no meter tanto ruido, momento en el cual tocan la puerta y me acerqué a abrir, viendo a Martin acompañado de la mujer y les digo «lo único que les pido que no usen mi pieza», esto se lo dije porque era evidente que querían tener relaciones sexuales, así que se fueron a otra pieza que había en la cabaña, lugar en el cual estuvieron cerca de 20 minutos aproximadamente, sin embargo mientras ellos se encontraban en esa pieza no sentimos ningún ruido extraño, ya que no estábamos pendiente de lo que estaban haciendo. Luego de estos 20 minutos aparece sólo Martín con quien seguimos carreteando un rato, sin embargo me quedé solo un rato más ya que decidí ir a dormir porque estaba cansado, así que mis amigos siguieron carreteando en el lugar, por lo que ignoro mayores antecedentes de lo que habrá ocurrido en ese momento”.
El testigo afirma que “a su consulta debo señalar que Martin en ningún momento nos soñaló si había tenido relaciones sexuales con la mujer, como tampoco nosotros le preguntamos sobre el tema”.
EL DOMINICANO
El dos de noviembre del 2019 declaró en la causa el ciudadano dominicano Luis Bisono Rodriguez, de 29 años, productor de eventos, quien relató ante la PDI que “uno de mis mejores amigos es Rodrigo Morales, con quien nos conocimos en Santiago y luego, cuando ya se vino a Temuco, yo lo he venido a visitar de manera frecuente. A través de él, he conocido a otros chicos como Martin Pradenas, quien es su primo y a Wilfredo Salgado, entre otros”.
El testigo relata que como conocía al dueño de la Ex Sala Murano “nos dejó pasar gratis y subimos al segundo piso, donde estaba la parte electrónica. Estábamos todo el grupo junto pero Martin se fue a conversar con una chica y bailaron. Yo nunca antes había visto a esa chica con la que bailó Martín hasta que hace poco tiempo atrás, supe sobre la acusación en contra de Martín y ahí supo que se llamaba Antonia. No les di mayor importancia a Martin y a esta chica; yo los vi normal a ellos. Todos habíamos bebido pero nadie estaba tan ebrio. Nos fuimos de la discoteque como a las 07:00 horas aproximadamente en dirección a la cabaña que había arrendado Rodrigo, no recuerdo la dirección. Me fui en el auto de Wilfredo, junto a éste, Rodrigo, Esteban y yo: parece que Bruno también iba con nosotros. En cuanto a Martin, él salió de la discoteque junto a nosotros y la chica, con quien iba de la mano. En ese momento no vi a ninguno de ellos en estado de ebriedad. Martin y la chica, no se subieron al auto por cuanto no cabían: ellos se fueron caminando desde la disco. No sé si después tomaron Uber o se fueron en otro auto”.
El dominicano afirma que “nosotros nos fuimos a la cabaña y llegamos primero que el otro auto en que andaba Rodrigo. Rodrigo no llevó su auto a la fiesta ni a la discoteque y lo dejó estacionado afuera de la cabaña. Al ratito, llegaron los demás a la cabaña. Cuando entramos a esta cabaña, nos pusimos a carretear en el living primero pero luego, nos fuimos a la cocina, ya que, allí se escuchaba menos fuerte el ruido de la música. Como a las 07:15 horas aproximadamente, llegó Martin junto a la chica; desconozco si llegaron a pie o en algún vehículo; primero ella pasó al baño y luego se metieron a una pieza, pero otra chica que estaba en la casa, Bárbara, les dijo que no se meterán ahí y por eso, se fueron a la pieza donde había una litera. Esa pieza estaba al lado del baño”.
El testigo sostiene que “recuerdo que estábamos carreteando, con la puerta cerrada de la cocina y de pronto llegó Martin, quien llegó vestido, de manera normal. Como unos diez o quince minutos después que llegó Martin a la cocina, entró a la cabaña alguien a buscar a la chica que acompañaba a Martín. Yo no vi a esta persona pero por lo que recuerdo, Martin salió a ver y luego, al regresar, nos contó que habían ido a buscar a la chica. Después, seguimos carreteando y nos fuimos a acostar como a las 09:00 horas. Yo me acosté en la misma pieza donde antes había estado Martín y finalmente, en esa pieza también se quedó Bruno y Bárbara. Nos fuimos de la casa como a las 12:00 horas, ya que, la dueña de la casa nos echó”.
Bisono relata que “yo no vi cuándo se fue la chica que acompañaba a Martín esa noche en la cabaña y tampoco nunca escuché gritos o algún ruido que me llamara la atención. De hecho, nunca le di importancia a Martin con esta chica, sé que estaban juntos pero nada más”.
Añade que “el viernes 11 de octubre de este año, viaje a Temuco por el aniversario de la Productora de Wilfredo y me quedé ese fin de semana con mis amigos. Con Martin también me vi, ya que, carreteamos entre todos esos días. Me regresé en bus el domingo 13 de octubre y recuerdo que cuando iba de camino, me llamó Rodrigo y me contó que la chica de Pucón con la que había estado Martin, se había suicidado. No me dio más detalles. A los días después, me enteré que existía una denuncia por violación en contra de Martin por esa chica. Yo conversé con él de esto pero sin detalles sobre lo que pasó: Martin me decía que él no la había obligado a nada y yo le decía que efectivamente los había visto de la mano, sin que me pareciera algo extraño”.
Bisono relata ante la PDI haber consumido “una pastilla de éxtasis la noche del 18 cuando estábamos en la fiesta donde tocó Rodrigo pero nada más después. Los demás, desconozco si consumieron algo más que alcohol”.
Esa mañana de ocurrido los hechos–según consigna la investigación– Consuelo Uribe Ortloff recibió en su celular dos audios de Antonia Barra, uno de ellos a las 9:00 horas donde le dice «Consu, Consu, Consu, ven a buscarme, ven. Consu».
A las 09:01 horas Antonia Barra le envía otro audio a Consuelo Uribe, donde le dice: «Ven a buscarme plis, no me dejes sola» y finalmente es ella quien va a buscarla a la cabaña.