“Cruising” (1980) o “A la caza” es un thriller policíaco sobre un asesino en serie en el mundo de los bares y club sadomasoquistas gay de Nueva York en la década de los setenta.

En este ambiente se infiltra un policía quien tiene como misión descubrir quién mata brutalmente a homosexuales sin una razón aparente.

El director William Friedkin, sí el mismo del “El exorcista” (1973), tuvo que sortear serios obstáculos para sacar adelante el proyecto ante las constantes manifestaciones y boicot de la comunidad gay que reclamaban que la cinta aumentaría la homofobia o incitaría a la violencia anti-gay.

Además no les gustaba verse como degenerados o imbéciles, así los desacuerdos se dieron durante todo el rodaje con interrupciones y protestas que incluso continuaron tras el estreno.   

SITIOS PÚBLICOS

Cruising es un término inglés para referirse a las relaciones sexuales que se mantienen en sitios públicos, por ejemplo, playas, plazas y parques; generalmente es un concepto utilizado por homosexuales.

En este ambiente circula el asesino que aborda a sus víctimas en locales underground para luego ultimarlos a sangre fría en moteles, parques o cines triple X de la ciudad.  

El realizador del filme muestra este mundo lo más cercano a la realidad, con una fotografía de oscuros-azules metalizados que muestra una urbe deprimente y repugnante, como en la escena de los policías y travestis en la patrulla.    

Se exhibe un mundo poco conocido con imágenes envueltas con una banda sonora irreprochable de la década de los setenta en una paranoica urbe a punto de explotar.

ESCENAS REALES

Nueva York es el escenario en que aparece en varias ocasiones un hombre de chaqueta de cuero que no muestra el rostro; mientras camina por las húmedas calles escuchamos el inconfundible sonido de las hebillas de su chaqueta y el ruido de sus pasos.      

El agente especial Steve Burns, Pacino, tiene la misión de infiltrarse en este sórdido mundo para investigar los brutales asesinatos contra homosexuales. Aunque el policía es heterosexual y tiene novia el caso termina afectando su vida laboral y afectiva. 

William Friedkin se caracteriza por exhibir al público sitios reales y hace participar a gente verdadera en sus películas, y “Cruising” no fue la excepción, así en varias escenas fueron contratados grupos gay que sirvieron de extras.    

PACINO INCÓMODO  

Se sabe que en el proceso de filmación Al Pacino se sintió incómodo por la actividad sexual a su alrededor y escenas que fueron censuradas, lo cual era el objetivo del director que el personaje principal se sintiera en total confusión ante este mundo.

Un ejemplo de aquello, es la secuencia cuando el personaje baila en uno de estos locales nocturnos y se droga con popper lo que le otorga un aspecto divertido a su rostro mientras danza a un ritmo frenético.    

Finalmente señalar que para visionar “Cruising” hay que hacerlo sin prejuicios; una cosa es no compartir ciertas tendencias o prácticas sexuales y otra distinta es ver una obra artística en que pocas veces se muestra un submundo que aunque perturba, es una realidad que está más cerca de lo que creemos.

Por Andrés Forcelledo Parada.-

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