Resguardemos nuestro dinero de una estafa piramidal

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Por Mauricio Andrés Burgos Navarrete, director carrera Auditoría e Ingeniería en Control de Gestión, Facultad de Administración y Negocios, U. Autónoma de Chile, sede Temuco.

A raíz del caso KnightsBridge, el que correspondería a una estafa piramidal conforme a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), cuya alerta data de principios del 2022, serían unas cinco mil personas las involucradas (afectadas); en tanto, los dineros comprometidos llegaron a los cinco mil millones de pesos.

Es llamativo que luego de cien años de la primera estafa piramidal, surjan nuevas víctimas para estos ilícitos, caracterizados por allegar participantes a una inversión, y cuyos retornos provienen de los dineros aportados por las últimas entradas.

En este sentido, la operatoria puede ser de dos tipos: cerrada o abierta. En la primera, una o pocas personas son las “dueñas” de la pirámide y son la vía de acceso para participar, desconociendo los que se incorporan al funcionamiento.

La segunda, las personas que participan conocen en su totalidad o parcialmente como se conforma y trabaja.

Entre las señales para detectar estas estafas mencionar: oferta de retornos altos a corto plazo; promesa de “rentabilidades seguras”; operar basado en el ingreso de nuevos miembros; actuar sobre inversiones no reguladas; obligación de reinvertir las “ganancias obtenidas” por un plazo determinado; la empresa oferente no dispone de una larga historia comercial; poca o nula transparencia en la información o detalles de las operaciones y/o resultados; publicidad de un personaje conocido; y origen dudoso de la rentabilidad generada.

Adicionalmente, al tratarse de inversiones, deberíamos contemplar: a) Dudar de la promesa de retorno elevado en relación a entidades o productos de reconocida formalidad; b) revisar la historia de la empresa, verificando que tiene una trayectoria conocida; c) no firmar documentación sin leer su contenido; d) verificar que las operaciones y los contratos sean legales, dedicando tiempo a la lectura, análisis y razonabilidad de sus cláusulas (ante una duda, consultar con expertos); e) comprobar la supervisión de la empresa con la autoridad pertinente o fiscalizadora, como la CMF con su página de “Alertas Ciudadanas”, en la que entrega información nacional y extranjera; f) realizar seguimiento, revisión y validación periódica de las operaciones y movimientos de los dineros invertidos; g) no invertir en negocios que no se comprendan o cuya explicación de funcionamiento sea compleja; y h) reforzar los conocimientos y habilidades en educación financiera, especialmente inversiones.

El llamado, a quienes enfrenten estos esquemas de inversión, cuya “tentación” principal radica en la rentabilidad ofrecida y la posibilidad de recompensa rápida, es a actuar con precaución, cautela y responsabilidad, pues deben considerar el alto riesgo de pérdida que enfrenta su dinero, además de las consecuencias legales y laborales, conforme el grado de conocimiento y roles asumidos al participar en una red de este tipo. Se trata de un fraude.

Sin duda, existirán aspectos sobre KnigthsBridge que se deben aclarar, sancionar y regularizar en lo que corresponda por las autoridades y entidades pertinentes, impidiendo se repitan similares. Sin embargo, ello no nos debe llevar a una pasividad y falta de atención, pues como potenciales víctimas, las primeras medidas preventivas deben provenir de los actos que cada uno realizamos.

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