Por Sebastián Naveillán, presidente Asociación de Agricultores Malleco

Luego del inapelable rechazo ciudadano al texto presentado por la Convención Constituyente, manifestado en el plebiscito de este domingo, debemos reflexionar sobre los riesgos que presentaba el texto que pretendía convertirse en la Constitución que rigiera todo el ordenamiento jurídico del país.

Desde los campos del norte de La Araucanía, zona reconocida como una de las más golpeadas por la violencia rural y el terrorismo, reafirmamos el riesgo latente que presentaba la aprobación de la propuesta Constituyente para quienes vivimos en el campo, por la ocupación que podríamos haber de los predios en los que producimos alimentos para todo nuestro país, que era apoyada por esta propuesta y que significaba la usurpación legal de predios donde hoy se produce alimentos para todos los chilenos.

Como gremio lamentamos que la propuesta constituyente haya sido redactada desde la ideología, con resentimientos y soberbia, sin escuchar a todos los miembros de la Convención.

Por ello, los agricultores llamamos a trabajar desde la unidad y con la humildad que debe ir de la mano del triunfo, y la autocrítica que debe acompañar la derrota.

No solo somo quienes trabajamos en el campo, sino que más de 13 millones de ciudadanos, los que queremos y necesitamos con urgencia más seguridad, menos delincuencia y tranquilidad para trabajar. Por eso exigimos a todos los sectores políticos estar a la altura de lo que realmente necesitan los chilenos y trabajar, en serio, por el bien del país.

Este no es un triunfo de la derecha, ni una derrota de la izquierda. Por el contrario, acá se manifestó la ciudadanía de manera transversal, para pedirle a sus autoridades trabajar unidas en los cambios que permitan tener un país más igualitario, con más oportunidades y seguridad para todos, con mejor educación, salud y distribución de los ingresos, que permita a todos crecer y al país volver a la senda del desarrollo.

Esperamos que, ya terminada la campaña, el Gobierno pueda comenzar a trabajar en serio y escuchar a todos los gremios, porque, en nuestro caso, en el campo producimos alimentos para todos los habitantes del país, sin distinción. Creemos firmemente que con nuestra diferencias, pero sin ideologías podemos trabajar para avanzar. Para ello, los agricultores siempre estaremos disponibles.-