El mítico Charles Chaplin nos dejó como legado una docena de obras maestras con un fuerte compromiso social y crítico del sistema.

A través del personaje de Charlot denuncia las injusticias de la sociedad y desnuda la podredumbre humana llena de egoísmos y ambiciones demenciales, temáticas más vigentes que nunca en nuestra sociedad actual.

Por ejemplo, en “El Chico” (1921) una madre abandona a su hijo porque no puede criarlo, y un vagabundo asumirá esta responsabilidad y luchará contra viento y marea para mantener al niño a su lado.  

En “La ciudad de las luces” (1931) Charlot ayuda a una joven no vidente y termina enamorándose de ella, aunque inevitablemente las diferencias sociales los separan.

Y “En tiempos modernos” (1936) una espiral de locura ante la industrialización termina afectando a las personas que trabajan en las fábricas, amenazados por la modernidad.

Estos se convierten en esclavos de las máquinas, es la deshumanización del hombre similar a la que exhibe “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang.

Escena de «Tiempos modernos»

EL GRAN CHAPLIN

El maestro de la pantomima utiliza la contingencia para buscar una salida a un oscuro panorama y entregar un mensaje optimista y esperanzador a nuestra alicaída sociedad.

Al ser solidario con los desposeídos y con las minorías a Chaplin se le tildó injustamente de comunista y fue expulsado de Estados Unidos en la llamada “Cacería de brujas” de los años 50, finalmente se radicó en Inglaterra. 

Más bien el director denunció realidades que nos afectan hasta hoy, como las absurdas guerras y poderes totalitarios con sus salvajes, sangrientas y demenciales dictaduras.

En ese contexto El gran dictador”(1940) es su obra maestra, y la primera sonora de su carrera. Si bien no es la más graciosa, contiene un mensaje claro sobre la barbarie que lamentablemente se vuelve a repetir una y otra vez en nuestra historia. 

Es una cinta política, cómica y crítica, con referencias reales de nuestro pasado reciente en el contexto de las guerras mundiales. Gracias a ella generaciones han conocido las dictaduras y sus terribles consecuencias en la historia de la humanidad.

EL BARBERO y HYNKEL

El filme arranca en la Primera Guerra Mundial, un barbero y soldado alemán de origen judío salva al aviador Schulz. El soldado es gravemente herido y después es dado de alta, pero sufre un grado de amnesia.

Posteriormente en su barbería conoce a Hannah, una joven de la cual se enamora. Mientras que Schultz se convierte en un influyente oficial del régimen.

En la otra vereda está el dictador Hynkel, Chaplin, alcanza el poder en Tomania y enardece con sus mítines al país. Sus tropas asolan y saquean el barrio hebreo donde el barbero tiene su local.

La imitación de Chaplin de Adolf Hitler es soberbia, sus discursos, gestos y ataques de histeria. Mencionar que el filme se realizó en pleno apogeo del Nacionalsocialismo; poderes fácticos la quisieron boicotear, pero no lo consiguieron.

DISCURSO FINAL   

En resumen Chaplin nos entrega una obra desde la paz y sobre todo en defensa del hombre sencillo y humilde, simbolizado en el personaje de Charlot.

Lo anterior queda sintetizado en un maravilloso discurso, no de odio, sino apelando al hombre a caminar hacia la libertad y la paz, y la sana convivencia entre todos los seres humanos.   

 “¡Mira, Hannah! Las nubes se desvanecen. El sol se abre camino. Salimos de las tinieblas a la luz. Salimos a un mundo nuevo, donde los hombres se alzarán sobre sus apetitos, sus odios y su brutalidad.

¡Mira, Hannah! El alma del hombre tiene alas y por fin comienza a volar. Vuela en el arco iris hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro glorioso que te pertenece a ti, a mí, a todos nosotros”. 

Por Andrés Forcelledo Parada.-

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