“Blade Runner 2049” (2017) secuela de “Blade Runner” (1982) cuenta con una brillante fotografía, puesta en escena y ambientación que la quisieran muchos filmes de Ciencia Ficción, sin embargo, no posee el misticismo y espectacularidad de su predecesora.  

En “Blade Runner” están reflejados los cuestionamientos filosóficos, existenciales y religiosos, que todos nos hemos hecho alguna vez en la vida. 

Esta idea queda sintetizada cuando Rick Deckard, Harrison Ford, afirma: “Todo lo que él quería (replicante) eran las mismas respuestas que todos buscamos, de dónde vengo, adónde voy, cuanto tiempo me queda. Todo lo que yo podía hacer era sentarme allí y verlo morir”.   

VARA ALTA

Stanley Kubrick dejó la vara alta con “2001: Una odisea en el espacio” (1968), hasta que llegó Ridley Scott, quien fusionó magistralmente ficción y cine negro, la femme fatal, ambientes claros y oscuros, lluvia y neblina, y sujetos con gabardinas tipo Humbrey Bogart en “El halcón maltés” (1941), pero ahora en Los Angeles del 2019.

La misión del ex Blade Runner, brigadas especiales de policías, Rick Deckard, es eliminar a los replicantes rebeldes, que son seres idénticos a los hombres, pero superiores en fuerza y agilidad.

Los replicantes eran esclavos en las colonias externas de la Tierra realizando labores indeseables. Tras una sangrienta rebelión fueron desterrados y al retornar al planeta para alargar su existencia son perseguidos y eliminados por estas fuerzas de Blade Runner.

Los replicantes son construidos gracias a los progresos en ingeniería genética y aunque no tienen la capacidad de generar sentimientos, algunos de ellos poseen implantes que les permiten experimentar breves recuerdos, similar a los seres humanos.

Es el caso de Rachel, Sean Young, quien no tiene definido el periodo de su desaparición, sin embargo, tiene recuerdos artificiales implantados que cree que son suyos. Esta base emocional le permite experimentar algún tipo de sentimiento remoto hacia Rick. 

VERSIONES

cabe mencionar que existen dos versione del filme, la original de 1982 y la definitiva de Ridley Scott de 1992. La primera cuenta con la voz en off de Deckard, que fue eliminado en la segunda entrega.

En la versión noventera agregaron el sueño del unicornio de Deckard, relacionada a la figura de papel que Gaff, Edward James Olmos, que dejó en el apartamento de Rick.  

Lo anterior es una información clave que abrirá el debate sí Rick era un replicante o no. Otro cambio importante es el final impuesto por el estudio, por uno más incierto y abierto.

En ambas versiones se encuentra una escena icónica. El villano Roy Batty, Rutger Haue, nos regala una de las frases más célebres de la historia del cine, acompañada por la irrepetible banda sonora de Vangelis.

Muchos admiradores del filme nos hemos aprendido de memoria este monólogo: “He visto cosas que ustedes no podrían creer. Naves de ataque ardiendo más allá del Orion (…) Todos esos momentos se perderán en el tiempo como las lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”.

  Por Andrés Forcelledo Parada.-

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